Cerámica
34 x 30 x 25
Para pintar este jarrón se utilizó una técnica muy poco común, la pintura encáustica. Para ello, se recubrían los jarrones de arcilla con cera de abeja fundida, sobre la que se aplicaban pigmentos de color. Tras aplicar los colores, los jarrones se calentaban para derretir la cera y fijar los colores de forma permanente en la arcilla. Este método confería a los jarrones una durabilidad especial y un gran brillo de los colores